miércoles, 16 de marzo de 2016

Europa debe garantizar la acogida y la protección de personas migrantes y refugiadas como lo exigen nuestros valores y nuestras leyes


Médicos del Mundo, asociación médica de solidaridad internacional, trabaja desde hace unos 40 años al lado de las personas migrantes. Tanto en su país de origen, en su recorrido migratorio como en los países de acogida, constatamos que las normas humanitarias internacionales  y el derecho de asilo están violados todos los días. En el contexto de una crisis humanitaria sin precedentes, la Unión Europea propone un acuerdo con Turquía que contradice totalmente sus deberes de protección: el principio de no-expulsión de solicitantes de asilo ya no se respetaría por parte de las autoridades, a pesar de que tienen la obligación de hacerlo.

Cerca de 45.000 emigrantes están bloqueados en Grecia, 15.000 de ellos en Idomeni, en la frontera de Grecia con Macedonia. Además de unas condiciones de higiene desastrosas, los equipos de Médicos del Mundo constatan un aumento significativo de los casos de violencia, y especialmente de la brutalidad de las fuerzas de seguridad, como el uso de pistolas eléctricas y de perros policía (infligiendo numerosas mordeduras).

Desde el cierre de las fronteras, toda Grecia está inmersa en una crisis humana inédita. Las familias están hacinadas en unos campos a cielo abierto, con inmensas necesidades sanitarias y psicológicas. Por esta razón hemos decidido responder a estos imperativos movilizando toda nuestra red y reforzando nuestros equipos médicos ya omnipresentes en el lugar.

"Nuestra misión no es solo atender y curar, es también condenar la violación de los derechos humanos fundamentales, como es el caso hoy en Idomeni. Daremos testimonio de cada abuso, para seguir combatiendo todas las formas de injusticia", ha declarado Nikitas Kanakis, Presidente de Médicos del Mundo Grecia. 

 





Como ejemplo, el testimonio de M. cuando le atienden nuestros médicos en Idomeni: " Quieren matarnos, nos han pegado, nos tratan como animales".

Los Estados miembros de la UE se están alejando de los valores de solidaridad y de protección sin lograr un acuerdo político común. Consideran a las personas migrantes y refugiadas como un todo, y por lo tanto rechazan todo principio de estudio individual de cada situación. Si este acuerdo sale adelante, habremos perdido todos nuestros valores, ya que estas políticas no pueden impedir a quienes huyen del horror que tomen aún más riesgos para salvar su vida y las de sus hijos e hijas.

Idomeni es hoy el escaparate de lo que podría ser Europa mañana; una Europa plagada de campos, de zonas donde no rige el derecho, que canjea el derecho de asilo por unas cárceles a cielo abierto, de gente vagando sin rumbe como ocurre alrededor de Calais, una Europa en que la libre circulación no es más que un recuerdo lejano.

Insistimos en la necesidad imperiosa de abrir vías de acceso legales y seguras para todas estas personas, que tengan la posibilidad de pedir asilo en el país que elijan, garantizando a lo largo de todo el recorrido migratorio una protección específica para las mujeres y los niños, que suponen la mayoría de este inmenso grupo.

Los 28 Estados miembros pueden hoy elegir entre un futuro solidario, edificado sobre los valores fundacionales de Europa, integrando la valiosa aportación cultural, social y económica de quienes ahora llaman a las puertas de Europa, o una política de encierro, de repliegue, de rechazo del otro, caldo de cultivo para todos los fascismos.

"Europa está enferma por su incapacidad de acoger a estas personas en extrema necesidad, entre ellas a cada vez más menores. Pedimos a los Estados miembros que se comprometan a una respuesta política ambiciosa y concertada, respetando los derechos humanos y el derecho internacional humanitario", declara la doctora Françoise  Sivignon, Presidenta de Médicos del Mundo Francia.